Tebboun reinventa la economía mundial y se convierte en tercera potencia
BOUBEKRI MOHAMMED YASSER
A medida que se acercan las elecciones presidenciales argelinas, el presidente candudato a su propio escaño, Abdelmajid Tebboun parece haber descubierto un talento oculto para la ficción económica. Su última obra maestra, proclamada con desconcertante seriedad durante un mitin en Orán, sitúa a Argelia como la tercera economía del mundo.
Si damos crédito a la mente visionaria del futuro inquilino del palacio de El Mouradia, Argelia se situa delante de Japón, Alemania e incluso Estados Unidos.
Hoy, en las redes sociales, los Argelinos oscilan entre un sentimiento de consternación y la risa nerviosa ante esta declaración que, digámoslo sin rodeos, haría que los peores escenarios de ciencia ficción parecieran documentales realistas.
Pero la mayoría de los canales de televisión y periódicos, públicos o privados, evitaron cuidadosamente informar sobre esta vergonzosa afirmación. Este silencio muestra perfectamente la incapacidad de las élites argelinas para abordar los problemas reales que enfrenta el país.