8 de mayo de 2024

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Giorgo Mulè afirma que El error de Europa es pensar que Libia y Marruecos son solo problemas de Italia y España

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Foto Fabio Cimaglia / LaPresse 19-07-2018 Roma Politica Senato. Conferenza stampa di Forza Italia su proposte di legge sul fisco Nella foto Giorgio Mulè Photo Fabio Cimaglia / LaPresse 19-07-2018 Roma (Italy) Politic Senate. Press conference by Forza Italia on tax In the pic Giorgio Mulè

En un articuo del ABC.ES el Subsecretario de Defensa italiano afirma que es «un gran momento» para ambos países, que mantienen unas relaciones «muy estrechas»

 El artículo 5 de la OTAN habla del principio de defensa colectiva, que es la piedra angular del origen de l Tratado del Atlántico Norte. Estipula que cualquier ataque contra uno de los países aliados se considerará como un ataque contra todos y, por tanto, todos deberán responder.

La OTAN se fundó en abril de 1949 y el hecho de que ahora (72 años después) equipare un ataque armado a un país con uno virtual, permite hacerse una idea de la evolución de las amenazas globales y de la importancia que deben dar los países a las inversiones en materia de ciberseguridad.

«Europa debe dotarse de una soberanía tecnológica», explica el subsecretario de Estado de Defensa italiano, Giorgio Mulè.

Para advertir sobre el riesgo que supone ignorar los sistemas de defensa 2.0, Mulè aporta un dato inquietante: en lo que va de año, 14 de las 45 agencias de seguridad que hay en Europa han sufrido ciberataques desde todo el mundo. «Ahora vale lo mismo una bomba aérea que una por ordenador», cuenta Mulè, al tiempo que señala que «la ciberseguridad es una amenaza potencialmente letal para el sistema democrático porque un ciberataque puede neutralizar hospitales, centrales eléctricas… en definitiva: todos los sistemas vitales de un país». De ahí que considere que «Europa debe tener una visión común en materia de defensa en ciberseguridad».

Italia ha diseñado un plan de recuperación económica de 221.500 millones de euros. 191.500 millones vienen del fondo de recuperación de la UE y 30.000 de otros fondos y recursos nacionales. De ellos, 620 millones se destinarán a la transición digital, es decir, a la formación en ciberseguridad de personal del ejército. Además, los programas de Defensa cuentan con una partida del 1,4 por ciento de los presupuestos generales del Estado.

—Además de la ciberseguridad, ¿cuáles son los retos de Italia en materia de Defensa?

—Intentamos constituir un sistema de Defensa que sea cada vez más europeo y menos nacional. Lo hacemos, por ejemplo, con el programa Eurofighter –en el que participan España, Italia, Alemania y Reino Unido– con el propósito de compartir capacidad industrial y militar. En Italia ahora se está poniendo el interés en los cazas de sexta generación, que son una evolución de los F-35. Contamos además con empresas como Leonardo, de sistemas aéreos, y la naviera Fincantieri. En Italia, cada euro invertido en Defensa se transforma en tres euros en el PIB. Esto demuestra la importancia de invertir en aplicaciones de la Defensa, porque van más allá de eso y repercuten en el ámbito civil.

—¿Qué intereses tienen en común Italia y España en materia de Defensa?

—Tienen retos en común en materia de ciberseguridad y desde el punto de vista de la formación de militares para esa necesaria transición digital. El primer memorando entre Italia y España data de 1980, por lo que es incluso más antiguo que la entrada de España en la OTAN, lo que demuestra la colaboración que existe entre países.

—La situación en el Sahel, una región clave para España, cada vez es más complicada. Nuestro país acaba de enviar tres helicópteros y aumentará el contingente. ¿Estaría Italia dispuesta a involucrarse más para contribuir a la estabilización de la zona?

—Italia comparte con España la relevancia estratégica del Sahel y la importancia de su estabilidad. Tiene una cercanía total con España en esta materia de seguridad y defensa. No solo para el Sahel, también para otras regiones de África como por ejemplo Mali, donde hemos participado en la operación Takuba. Italia promueve el concepto de Mediterráneo alargado, en el sentido de que las fronteras del mar deben ser defendidas y aseguradas por todos los países europeos.

—¿Qué medidas ha tomado Italia para controlar los flujos migratorios y de terroristas en Libia?

—El gran error de Europa es pensar que los problemas de Marruecos, por un lado, y de Libia, por otro, son problemas solo de España e Italia. Hasta que Europa no entienda que, al estar el mar de por medio, se trata de una frontera entera de Europa, el problema no se resolverá. Hay que afrontarlo de manera conjunta. Italia tiene presencia militar en África y es partidario de un llamado ‘plan Marshall’ que destine una gran cantidad de dinero en África para invertir en infraestructuras, en formación de la gente y cultura… siempre respetando los derechos humanos. Italia ahora pide la distribución de los inmigrantes entre todos los países europeos, programas de ayuda y el rechazo de los que vienen por motivos económicos.

—Italia tiene muchos intereses en Libia y destina muchos recursos a misiones de paz allí. ¿Qué más puede hacer Italia para contribuir a la estabilización del país?

—Italia ya hace muchísimo en Libia, y lo ha demostrado el presidente Draghi yendo allí personalmente. No es solo una cuestión estratégica, el futuro de Libia significa garantía de seguridad y tranquilidad y serenidad no solo para Italia, también para Europa. En diciembre están previstas las elecciones en Libia. Cuando sea dotada de un gobierno legitimado de libre elección, comenzará el nuevo curso.

—Controlando los flujos migratorios y la situación en Libia, se podrá controlar el terrorismo como puerta a Europa a través de Italia.

—Exacto. El motivo por el que Europa debería gestionar la frontera con Libia es precisamente este, porque el terrorismo no es solo cosa nuestra ni se queda en Italia. Quien llega a través de Libia hasta Italia no se para solo en Italia, luego va más allá a otros países: a Francia, a España y a otros países europeos. Esto demuestra que Libia no es solo frontera con Italia sino con otros países europeos. Toda Europa tendría que tener interés en frenar esto.

—¿Cómo son las relaciones entre España e Italia?

—Son muy estrechas y a todos los niveles, no solo entre presidentes del gobierno. No es una relación solo desde la cumbre, se extiende a todos los ministerios. Precisamente por esto, aunque la relación siempre ha sido buena, ahora se puede profundizar más en ella, desde el punto de vista militar y civil. Es un gran momento para Italia y España.