19 de abril de 2024

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Conflicto palestino-israelí? Musulmano-judío? Arabo-hebreo? Shiíta-sionista?…

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Dr. Sami Aoufi Rabih

Conflicto palestino-israelí? Musulmano-judío? Arabo-hebreo? Shiíta-sionista?…

1- Desde el punto de vista de un no creyente, la justificación de adueñarse de la Tierra Prometida (la tierra de Canaán, la de los filisteos, la de los fenicios, la de los sirios…), con la excusa de que es la tierra prometida por Dios a los hijos de Israel, se torna absurda y a la vez peligrosa. Es capaz de mover a las masas sin control y con consecuencias devastadores para los más débiles (ahora, los palestinos).

2- Desde el punto de vista de un creyente, no se sabe exactamente cuáles son los límites de esa Tierra Prometida. Sabiendo que los estados de Israel y Judá fueron unificados por el rey David y esta unión se desvaneció rápidamente tras la muerte de su hijo Salomón (a finales del siglo IX a.C.), es decir, duró menos de un siglo: cómo pueden reclamarla ahora después de 3.000 años?

3- Desde el punto de vista racional, la tierra es de los que nacieron y se criaron en ella. La usurpación de Israel de las tierras palestinas es lo que se llama ocupación por la fuerza. Ni siquiera puede llamarse colonización, ya que esta respeta (de alguna manera) y reconoce la cultura, religión y viviendas de los colonizados.

4- Si el movimiento Hamas (independientemente de que sea financiado por otros estados y que los EEUU lo reconozcan como grupo terrorista) lanza cohetes y consigue asustar y por desgracia matar a algún civil israelí, Israel, como estado democrático y de derecho, no debe usar la misma estrategia chabacana de devolver el golpe multiplicado por mil, asesinando a muchos inocentes palestinos. Existen maneras de juzgar a los autores de cualquier movimiento radical violento sin bajarse a su nivel.

5- Me sorprende el odio que se les enseña a los niños de ambos bandos. El exterminio de los palestinos no va a suceder jamás; está incrustado en los corazones de los 2.000 millones de musulmanes que viven en este mundo. Echar a los todopoderosos israelíes es prácticamente imposible por su poder exagerado en la política internacional. El posicionamiento a favor de Israel por parte de la comunidad occidental y la pasividad de los gobiernos árabes y musulmanes avecina una cronificación del conflicto y por ende el creciente odio entra las dos partes.