23 de mayo de 2025

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Marruecos restablece la luz en Andalucía: un acto técnico con profundas resonancias históricas y culturales

Abdelhay korret

En una acción importante y conmovedora, cargada de múltiples implicaciones históricas y civilizatorias, el Reino de Marruecos proporcionó un apoyo técnico urgente a España para restablecer el suministro eléctrico en la región de Andalucía, tras un corte masivo que afectó la infraestructura energética del sur del país.

Esta iniciativa, realizada a través de la interconexión eléctrica entre ambos países, no fue un mero gesto técnico puntual, sino que encarnó dimensiones simbólicas e históricas profundas, evocando las complejas relaciones entre las dos orillas del Mediterráneo, especialmente entre Marruecos y Andalucía, que comparten una larga historia de interacción civilizatoria, religiosa y cultural.

En las primeras horas de la crisis que golpeó la red eléctrica española, el Ministerio de Energía de Marruecos anunció su disponibilidad inmediata para activar las líneas de interconexión eléctrica con España, que se extienden a través del Estrecho de Gibraltar. En efecto, se transfirió una cantidad de energía desde la red marroquí hacia la andaluza, lo que ayudó a restablecer el servicio en varias ciudades en un tiempo récord.

Este suceso adquiere significados simbólicos profundos si se considera la relación histórica entre Marruecos y Al-Ándalus. Al-Ándalus no fue solo una tierra gobernada por los musulmanes durante más de ocho siglos, sino un puente civilizacional que transmitió las ciencias, la filosofía y las artes del Oriente árabe hacia Europa, con Marruecos desempeñando un papel central en este movimiento cultural.

Hoy, al restablecer Marruecos la electricidad en esta zona geográfica, el gesto simboliza el regreso de la luz a una tierra que en su día fue faro de civilización islámica y humanista.

A lo largo de la historia, Marruecos ha constituido el respaldo estratégico de Al-Ándalus. Cuando comenzaron las campañas cristianas de la Reconquista, los reyes de taifas acudían a Marruecos en busca de socorro, como lo hizo Al-Mu‘tamid Ibn Abbad al solicitar ayuda a Yusuf Ibn Tashfin para enfrentar a los ejércitos castellanos en la batalla de Sagrajas en 1086, un punto de inflexión clave en la historia andalusí.

En el siglo XIII, esta relación se reiteró cuando una gran cantidad de andalusíes se refugiaron en Marruecos tras la caída de Granada en 1492. Ciudades marroquíes como Tetuán, Fez y Chefchaouen, entre otras, conservan hasta hoy rasgos andalusíes en su arquitectura, música e incluso en el lenguaje.

En este contexto, coinciden diversos estudios históricos y académicos españoles en afirmar que “Marruecos no fue solo un refugio geográfico para los andalusíes, sino también una extensión espiritual y cultural de una civilización que desapareció en el norte pero que sobrevivió en el sur”.

La iniciativa marroquí se inscribe también en una nueva dinámica de las relaciones internacionales, donde la “diplomacia blanda” cobra una importancia creciente. En lugar de las confrontaciones políticas tradicionales, hoy los Estados recurren a herramientas de cooperación práctica y solidaridad en tiempos de crisis como vía para reconstruir la confianza y fortalecer los intereses comunes.

En este sentido, el apoyo de Marruecos puede interpretarse como un movimiento estratégico inteligente que refuerza su presencia en el dossier energético euromediterráneo y abre paso a una cooperación más amplia en temas como el hidrógeno verde, las energías renovables y la seguridad energética.

Por otro lado, la iniciativa marroquí también tuvo una dimensión humanitaria innegable. En un momento en que miles de familias españolas sufrían la oscuridad, la ayuda vino de un vecino del sur que tradicionalmente ha sido percibido como necesitado, y que esta vez se convirtió en proveedor y solidario.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su agradecimiento en una declaración oficial: “Estamos profundamente agradecidos por este rápido apoyo de Marruecos. Es un momento que demuestra la fuerza y la profundidad de los vínculos entre nuestros países, y esperamos seguir fortaleciendo esta cooperación en el futuro”.

La ayuda prestada por Marruecos a España para restablecer la electricidad en Andalucía es mucho más que un apoyo técnico. Es un acto simbólico que refleja la profundidad de los lazos históricos y culturales que unen a ambos pueblos, y un recordatorio de que la geografía y la historia exigen que los países del sur y del norte cooperen, no que se enfrenten.

Marruecos ha devuelto la luz a Andalucía, pero lo más importante es que ha reavivado el valor de la vecindad, el sentido de la cooperación y el espíritu de una historia que nunca se apaga.

*Periodista y escritor marroquí