El Mundo: Mohamed Katir, el nuevo fenómeno del mediofondo español.
Ninguna irrupción en los meses previos a los Juegos experimentó el deporte español como la de Mohamed Katir (Alcazarquivir, Marruecos, 1998). De repente, un mediofondista capaz de codearse con la elite africana mundial, de batir récords de España -tres en un mes: 1.500, 5.000 y 3.000 metros, consecutivamente- anclados en el pasado. Después de una concentración previa en Torrevieja para aclimatarse en parte al calor y la humedad tokiota, donde incluso empezó a dormir ya con horarios japoneses, Mo responde a EL MUNDO desde la Villa Olímpica con una sonrisa nerviosa, mezcla de confianza y de pudor por su debut en unos Juegos. «Me siento como en mi pueblo. Vengo como novato y a disfrutar de ser olímpico, que era mi sueño. Llego con muchísima motivación y muchísimas ganas. Y no he tenido ningún problema con el cambio horario. Estoy súper genial, con muchísimas ganas de competir ya», recibe.
A Mo no le hace mucha gracia que le pregunten por su mejora repentina, por esos tiempos de elite mundial. «No hay ningún secreto, esto es trabajo duro, descanso, nutrición… Entreno muy muy fuerte, con muchísima calidad», respondía torciendo el gesto estos días ante la insistencia de algún periodista. Es más, reivindica ese esfuerzo en la sombra, porque, cuentan los que mejor le conocen, que «lleva tatuados los valores» del esfuerzo de su familia, «humilde, de case obrera». El chico reside en Mula (Murcia) y su padre viajó hace décadas en patera a España.
El martes llegará su turno en el Estadio Olímpico de Tokio, la semifinal del 5.000, donde acude con el 12:50.79 que logró el 10 de junio en Florencia para despedazar el récord de España de 2010 (Alemayehu Bezabeh), una marca que le podría otorgar una medalla impensable tiempo atrás, cuando competía en pedestres populares, cuando se forjaba en los descampados de Mula, cuando ganaba campeonatos de España sin poder subir al podio porque no tenía la nacionalidad (se la dieron el último día de 2019). «Hay gente que tiene más experiencia. Voy a lucharlo, pero vengo como un novato. Esto son unos Juegos», confiesa.
El cambio llegó de la mano de Gabriel Ruiz, un jovencísimo entrenador murciano de 31 años con el que trabaja desde el pasado mes de octubre, que también forja a otros atletas de elite como Mariano García. «Gabi es muy buen técnico. Cuando hay un entrenador que ha estudiado para eso, te va a beneficiar a ti también. Gracias a él he podido hacer cosas nuevas y eso me da beneficios, ventajas», relata. Como, por ejemplo, las concentraciones en altura, tres en Sierra Nevada y una en Font Romeu (Francia). O las sesiones variadas y exigentes a las que Mo se adapta sin apenas resentirse físicamente. «No ha habido ni un día con molestias, ni uno que me dijera que estuviera cargado», admite Ruiz, quien desvela que una de las claves fueron los nuevos estímulos que recibió Katir al dejar a su descubridor y entrenador de toda la vida, Cristobal Carlos Ramírez, del Club Atletismo Mulasport. Ahí quizá empezó todo.El cambio llegó de la mano de Gabriel Ruiz, un jovencísimo entrenador murciano de 31 años con el que trabaja desde el pasado mes de octubre, que también forja a otros atletas de elite como Mariano García. «Gabi es muy buen técnico. Cuando hay un entrenador que ha estudiado para eso, te va a beneficiar a ti también. Gracias a él he podido hacer cosas nuevas y eso me da beneficios, ventajas», relata. Como, por ejemplo, las concentraciones en altura, tres en Sierra Nevada y una en Font Romeu (Francia). O las sesiones variadas y exigentes a las que Mo se adapta sin apenas resentirse físicamente. «No ha habido ni un día con molestias, ni uno que me dijera que estuviera cargado», admite Ruiz, quien desvela que una de las claves fueron los nuevos estímulos que recibió Katir al dejar a su descubridor y entrenador de toda la vida, Cristobal Carlos Ramírez, del Club Atletismo Mulasport. Ahí quizá empezó todo.
P: ¿Le preocupan las expectativas?
La gente me exige que traiga medallas, esto no es la carrera del pueblo, es muy difícil. Voy a salir a disfrutar y a lucharlo. Vengo con unas marcas muy buenas, pero no quiere decir que pueda pillar chapa.
P: ¿Cómo asilima su propia progresión, se sorprende del nivel que ha dado?
R: No lo sé. Yo es que he entrenado muy bien. Sabiendo los entrenamientos que he hecho, sabía que podía hacer una gran marca. Nunca me imaginé hacer un récord de España, menos uno de 1.500 (Fermín Cacho, 1997) que muchos lo intentaron y ninguno estuvo ni cerca para bajarlo. No sé cómo explicarlo, es algo que no podría explicar.
P: De ganar carreras populares a unos Juegos. ¿Lo hubiera llegado a imaginar?
R: Yo malo no era, eh. Antes no era malo [insiste], llevo ganando en cross desde que era juvenil de segundo año. Llegué a ganarlo cuatro años consecutivos, pero no me daban la medalla por el tema de la nacionalidad. Eso era duro, la verdad. Pero sabía que algún día me la iban a dar, sólo debía tener paciencia. Y seguir currando en mi deporte.
P: ¿Cómo o con quién trabaja mentalmente? ¿Sigue leyendo y escribiendo poesía estos días?
R: Mentalmente trabajo solo. Y sí, en la poesía he encontrado una forma más de enforcarme, de motivarme. Escribir me sienta bien.
P: Pero para usted mismo…
R: Yo prefiero guardarlo para mí, porque esas cosas me dan vergüenza. A veces subo alguna cosa en mis redes sociales. Aún no estoy acostumbrado, me da vergüenza enseñarlas.
P: Para quien no le conozca, ¿cómo es Mo Katir fuera del atletismo?
Un chico normal. No me gusta sentirme superior a los demás, odio a los que son así. Soy un tío normal, que va a lo suyo. Si no te conozco, a lo mejor soy vergonzoso.
P: ¿Cuándo empezó?
R: Antes jugaba al fútbol con el Huesca, estuve dos años. Pero se me daba mejor el tema de correr, muchísimo mejor. Al bajarme a mi pueblo (Mula) otra vez, decidí cambiar de deporte. Pasó el tiempo y vi que valía para correr y no para el fútbol.
P: ¿Qué le dicen sus padres ahora, estos días?
R: Están supercontentos de que su hijo esté con los mejores del mundo. Superorgullosos, felices.
P: Jakob Ingebrigtsen ha renunciado al 5.000 para centrarse en el 1.500. Al revés que usted. Un rival menos…
R: Pero todos van a querer pillar medalla, va a ser duro. Los favoritos son Joshua Cheptegei y Kiplimo, los ugandeses. Pero hay seis o siete que pueden estar ahí.
P: ¿Qué tipo de carrera le conviene a usted?
R: La prefiero rápida. Estando Cheptegei ahí, ese tío, como no es rápido, va a salir desde el principio poniendo un ritmo muy fuerte. En una lenta se pueden abrir las posibilidades a muchos otros.