28 de marzo de 2024

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Los grandes grupos del Parlamento Europeo pactan una resolución de condena contra Marruecos por provocar la crisis de Ceuta

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El ministro de Exteriores marroquí intenta desvincular a la UE de la crisis diplomática que mantiene Rabat con España

Fuente El Pais

El Parlamento Europeo tiene previsto pronunciarse de manera oficial este jueves sobre la reciente crisis migratoria provocada por Marruecos en Ceuta. Los cuatro grandes grupos de la cámara (populares, socialistas, liberales y verdes) han negociado una dura resolución que “rechaza el uso por parte de Marruecos del control de fronteras y de migración, y en especial el de menores no acompañados, como presión política contra un Estado miembro de la UE”. La iniciativa, que se vota el jueves en Estrasburgo, ya ha provocado las iras de Rabat, que acusa a España de orquestar “una maniobra para europeizar un problema puramente bilateral”

El pronunciamiento del Parlamento toma como punto de partida la presunta violación por Rabat de la Convención de Naciones Unidas sobre derechos de los niños. Y desde el encabezado de la resolución denuncia “el uso de menores por parte de las autoridades marroquíes en la crisis migratoria en Ceuta”, donde se produjo la repentina e ilegal irrupción de unas 9.000 personas procedentes de Marruecos, muchas de ellas salvando a nado el espigón que separa ambos países en la playa del Tarajal, ante la inacción de las autoridades marroquíes.

La iniciativa partió del eurodiputado español Jordi Cañas (Ciudadanos), que planteó la necesidad de elevar al pleno la crisis migratoria del mes pasado en Ceuta, sobre todo, por la utilización de menores. “No podemos permitir que Marruecos piense que eso es una forma de hacer diplomacia”, señala Cañas en vísperas del debate parlamentario. “La UE no puede permitir que se normalice el uso de menores como instrumento de presión política”, añade el diputado.

Por su parte, el ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, afirmó este miércoles que el Gobierno español “trata de europeizar una crisis que es bilateral”, entre Marruecos y España, según informa Efe. La crisis, considera Burita, “no terminó el 1 de junio” con la salida del territorio español del líder saharaui Brahim Gali. “La crisis está ahí porque siguen sus causas profundas”, añadió Burita durante una comparecencia ante la prensa tras la visita de su homólogo húngaro, Peter Szijjarto.

El Ministerio de Exteriores marroquí emitió el 31 de mayo un comunicado en el que por primera vez admitía de forma explícita que la causa de la crisis con España no era la acogida de Gali, tal como aseguró en un principio, sino la posición oficial de España ante el conflicto del Sáhara Occidental. Todos los Gobiernos españoles, desde el inicio de la democracia, han vinculado la resolución del conflicto a un acuerdo aceptado por ambas partes bajo la tutela de la ONU. Pero esa posición ya no satisface a Rabat, después de que el pasado 10 de diciembre el entonces presidente estadounidense Donald Trump decretase el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el territorio en disputa, a cambio de que Rabat normalizara sus relaciones con Israel.

Burita ya intentó desvincular a la UE de la crisis con España en una entrevista concedida a una emisora francesa el 23 de mayo. La entrevista de Burita se produjo después de que el diario francés Le Monde afirmase en un editorial que mientras los europeos mantienen una mirada más bien benigna sobre Marruecos, sus autoridades “se comportan como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan o como el exguía libio Muamar el Gadafi”, en referencia a dos autócratas que utilizaron a los emigrantes como arma de presión sobre la UE.

Hasta seis grupos parlamentarios (PPE, Socialistas & Demócratas, Renew, Verdes, CRE y La Izquierda) han presentado su propio proyecto de resolución de cara al debate del jueves, todos ellos con términos más o menos duros de rechazo y condena a lo sucedido en Ceuta. Todos los grupos coinciden en considerar que la crisis migratoria fue provocada deliberadamente por Rabat. Y rechazan drásticamente la violación de una frontera española y, por tanto, europea. Los términos de las diversas resoluciones varían desde la “fuerte condena” planteada por La Izquierda (grupo al que pertenece Podemos) al “rechazamos” y “lamentamos” del Grupo Popular o el “deplora” de Renew (donde se encuadra Ciudadanos).

Los textos han convergido en un proyecto de resolución común que ultiman los cuatro grandes grupos y que, según las fuentes consultadas, podría ser aprobado este jueves. Fuentes parlamentarias aseguran que Marruecos ha ejercido en los últimos días una enorme presión para intentar impedir que el Parlamento Europeo se pronuncie. Aun así, los impulsores de la resolución, consensuada este martes durante una reunión de más de tres horas, confían en que el texto salga adelante. Fuentes parlamentarias recuerdan que el Parlamento no aprueba una resolución sobre Marruecos desde 1997.

Migración como arma política

La resolución conjunta acusa a Marruecos de haber utilizado la migración como arma política y “deplora en particular la participación de niños, menores sin acompañar y familias en el cruce masivo de la frontera de Marruecos con la ciudad española de Ceuta, poniendo en peligro sus vidas y su seguridad”. El proyecto aboga, a pesar de todo, por evitar que la crisis política y diplomática socave la relación entre el reino alauí y la UE y sus Estados miembros, y por preservar “la cooperación de largo recorrido y basada en la confianza en áreas como la lucha contra el terrorismo, el tráfico de seres humanos y de drogas, la migración, y el comercio”.

La previsible aprobación de la resolución, sin embargo, podría alterar aún más la tensa relación entre Rabat y varias capitales europeas. Además del enfrentamiento con España, el gobierno marroquí ha chocado en los últimos meses con Berlín (también por el Sáhara) y con Bruselas (por las sentencias del Tribunal de Justicia europeo que han cuestionado el derecho de Marruecos a incluir el territorio del Sáhara en sus acuerdos con la UE).

Rabat ya ha iniciado en los últimos días un ataque preventivo para intentar frenar la resolución del Parlamento Europeo, sin demasiado éxito. El presidente del Parlamento marroquí, Habib El Malki, expresó el pasado domingo en un comunicado su “sorpresa” y su “decepción” por que el Parlamento europeo estuviera tramitando una resolución sobre la supuesta “utilización de menores” por parte de las autoridades marroquíes. El Malki indicó que la iniciativa es un intento para “desviar la atención de una crisis “puramente bilateral entre Marruecos y España” y volvió a la versión de que la crisis tuvo que ver con la entrada a España, “de manera fraudulenta”, de Gali, no con la emigración. Insistió en que el “asunto de los menores no acompañados” es una maniobra en la que España pretende “europeizar” una “crisis bilateral” y subrayó, como ya habían hecho miembros del Gobierno, en que su país no tiene ninguna obligación de actuar para proteger a Europa a cambio de una contrapartida. Y afirmó que si colabora lo hace como parte de una “asociación recíproca”.

La crisis fue seguida en esos días del silencio de las autoridades del país. Ni el Gobierno ni el Parlamento se pronunciaron en ese momento. La primera reacción oficial provino el martes 18 de mayo de la embajadora marroquí en Madrid, Karima Benyaich, quien declaró en referencia a la acogida de Gali en España, que “hay actos que tienen consecuencias” y “se tienen que asumir”. Dos días después, el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, declaró que la oleada de emigrantes que llegaron a Ceuta se debió “a un contexto de fatiga del dispositivo policial marroquí tras las fiestas del fin de Ramadán”, pero también a “la inacción total de la policía española”.

Hasta el momento, los intentos de las autoridades marroquíes por desvincular a la Unión Europea de sus presiones sobre España para que modifique su postura sobre el Sáhara Occidental no han dado ningún resultado.