Frente al ruido, diálogo y valores: la iniciativa de la Comisión Juvenil de UCIDCAT en Catalunya

BOUBEKRI MOHAMMED YASSER

En una época marcada por el ruido mediático, la polarización del debate público y la simplificación de las identidades, resulta cada vez más difícil encontrar espacios donde la juventud pueda expresarse con serenidad y profundidad. Precisamente por eso, el vídeo que documenta las actividades del XVI Congreso Islámico Juvenil celebrado en Catalunya, centrado en el valor de la familia, adquiere una relevancia especial.

No se trata de un acto puntual ni de un mensaje prefabricado. Lo que muestra el encuentro es una juventud que reflexiona, dialoga y se implica de forma consciente en los retos reales que atraviesan su vida cotidiana: la identidad, la convivencia, el sentido de pertenencia y el papel de la familia como núcleo de estabilidad social.

Uno de los grandes aciertos del congreso es la forma en que se aborda la familia. Lejos de enfoques rígidos o idealizados, se presenta como un espacio real de acompañamiento, apoyo y transmisión de valores. En un contexto social acelerado, donde muchos jóvenes se enfrentan a incertidumbre, presión social y fragmentación identitaria, la familia aparece como un ancla que aporta equilibrio y sentido.

El enfoque es claro y contemporáneo: hablar de familia hoy implica hacerlo desde la realidad social catalana y europea, con una mirada abierta, responsable y profundamente humana. No hay confrontación cultural ni discursos excluyentes, sino una apuesta por valores universales como el respeto, la responsabilidad y la solidaridad.

El encuentro destaca también por su carácter participativo. Los jóvenes no son meros oyentes, sino protagonistas del debate. Preguntan, opinan, discrepan y construyen pensamiento propio. Este planteamiento, aparentemente sencillo, tiene un enorme valor social y político, especialmente en un contexto donde a menudo se habla sobre la juventud sin escucharla.

En el caso de la juventud musulmana, este espacio cobra aún mayor importancia, ya que rompe con estereotipos persistentes que la asocian injustamente al conflicto o al aislamiento. El vídeo muestra una realidad muy distinta: jóvenes comprometidos, conscientes de su entorno y con una clara voluntad de convivencia y participación cívica.

Nada de esto es fruto de la improvisación. Detrás del congreso hay un trabajo organizativo sostenido, una visión clara y una apuesta firme por el largo plazo. En este sentido, es imprescindible reconocer la labor de La Comisión Juvenil de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña (UCIDCAT), que ha sabido crear un espacio útil, sólido y necesario para las nuevas generaciones.

Apostar por la juventud no es un gesto simbólico ni una operación de imagen. Es asumir una responsabilidad social. Significa ofrecer espacios seguros de diálogo, fomentar el pensamiento crítico y acompañar procesos personales y colectivos en un contexto cada vez más complejo.

La Comisión Juvenil de UCIDCAT demuestra que el liderazgo comunitario no se ejerce desde el ruido ni la confrontación, sino desde la coherencia, la escucha y el trabajo constante.

El mensaje que deja este encuentro es claro: cuando se confía en la juventud y se le ofrecen espacios reales de reflexión, la respuesta es madurez, compromiso y futuro. Frente a la simplificación del debate público y los discursos que alimentan el miedo, iniciativas como esta aportan hechos, contenido y esperanza.

Catalunya necesita más proyectos que apuesten por el diálogo, la educación y los valores compartidos. Necesita más espacios donde la juventud pueda construir, pensar y participar. Porque cuando se fortalece a la juventud desde los valores, no solo se refuerza una comunidad: se fortalece toda la sociedad.