El juego sucio de la organización Human Rights Watch en Marruecos
Mohammed Yasser Boubekri
«Las acusaciones tendenciosas contenidas en el documento publicado por la organización Human Rights Watch (HRW) no disuadirán a Marruecos de proseguir la construcción del Estado de Derecho y de las instituciones y la defensa de los derechos y las libertades», afirmó el 28 de julio en Rabat, el Ministro portavoz del Gobierno marroquí, Mustapha Baitas.
Reaccionaba así a un voluminoso informe de la ONG difundido el mismo dia y en el cual establece acusa a las autoridades marroquíes de «amordazar a la oposición».
Después de tomar conocimiento de este documento, que «por desgracia atenta contra los símbolos del Reino, se ha demostrado que no se trata más que de una recopilación de alegaciones que esta organización tiene la costumbre de evocar contra Marruecos», dijo Baitas en un comunicado de prensa.
Y concluir que «la denigración contra Marruecos ha alcanzado el punto de vender acusaciones irreales contra el Reino», afirmando que este documento contiene «graves acusaciones» que tienen como objetivo dañar las relaciones de Marruecos contra sus socios.
De otro lado, cabe recordar que HRW forma parte de una gran red de ONG con una agenda geopolítica bien definida. Algunas fundaciones estadounidenses instrumentalizaron la causa de los derechos humanos y pusieron a paso a la prensa mundial, bajo el pretexto de la filantropía. Una en particular lleva casi 40 años liderando la escena: la Open Society Foundation del magnate americano de las finanzas, George Soros. Con su poder financiero, el multimillonario ha establecido un sistema de estrategias de influencia que se apoya en la sociedad civil. La dota de medios colosales para alcanzar objetivos geoestratégicos y económicos íntimamente ligados a los círculos del poder americano.
Hubo un tiempo en que los comunicados de Human Rights Watch hacían temblar las capitales, sobre todo arabes. Hoy, hay que ser una dictadura o ingenuo para seguir creyendo en HRW, financiada en gran medida con fondos dudosos y cuya parcialidad es denunciada por propios militantes de los derechos humanos. Grandeza y decadencia de una ONG dirigida desde hace 27 años por Kenneth Roth. Su longevidad al frente de la organización no tiene nada que envidiar a las de los tiranos que la asociación pretende denunciar, ni a la de su director de la región MENA, Eric Goldstein en el mismo puesto desde hace 31 años.
En el informe de HRW se encuentran pocos hechos, pero páginas de comentarios e interpretaciones libres que van todas en el sentido de la incriminación de las autoridades marroquíes. Todas las autoridades marroquíes. El lector tiene la impresión de que se trata de una estructura de poder en la que todo el mundo está a la orden de un poder supremo en una organización conspiradora, con un «manual» bien elaborado para hacer callar las voces discordantes.
Sin embargo, la realidad está muy lejos de esa imagen. Marruecos ha avanzado mucho en varias esferas, en particular en lo que respecta a los derechos humanos. Es cierto que aún queda camino por recorrer…. Para todos.