18 de abril de 2024

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La ayahuasca produce los mismos efectos que las experiencias cercanas a la muerte

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Científicos del Imperial College London descubren que la bebida tiene efectos en el cerebro que son producidos de forma natural por experiencias cercanas a la muerte. Gracias a esto, han podido sacar conclusiones sobre estas vivencias hasta ahora consideradas religiosas…

En vista del aparente poder sanador de la ayahuasca, un grupo de científicos del Imperial College London decidieron investigar cuáles son los efectos de esta sustancia en la psique humana.

Para ello, reunieron a 13 personas con edades que giraban alrededor de los 34 años de edad. Los participantes recibieron una dosis de DMT, que es el alucinógeno que forma parte de la ayahuasca. Luego respondieron un cuestionario que buscaba reunir información sobre la experiencia producida por la sustancia.

Los resultados

Las respuestas otorgadas por los participantes eran casi completamente iguales a aquellas dadas por personas que habían atravesado experiencias cercanas a la muerte.

Ambos grupos respondieron haber sentido una sensación de paz, en un entorno que parecía fuera de esta tierra. Sus sentidos se intensificaron.

Como consecuencia, los científicos llegaron a la conclusión de que las experiencias cercanas a la muerte no son producto de algo que supera lo conocido, sino que se generan por una reacción del cerebro frente a una situación o frente a un elemento externo.

De hecho, no es la primera vez que se relaciona el DMT con las vivencias previas a la muerte. En otras ocasiones ya se comprobado la similitud de los compuestos en sangre y orina de personas que han estado a punto de morir con los de personas que han tomado la receta de hierbas.

Sin embargo, se desconoce de dónde provienen esas sustancias o cómo terminan en el organismo de la persona.

Algunos expertos especulan que el propio cerebro las produce justo antes de morir, aunque es una teoría que aún no puede ser confirmada.

El estudio fue publicado en la revista Frontiers in Psychology.